Primero lava muy bien las naranjas, inclusive con una esponja porque las protagonistas de esta historia son las cáscaras y deben estar muy limpias.

Luego córtalas a la mitad para extraer el jugo, o sea dejando la parte donde desprendió su tallo hacia el extremo.

Exprime el jugo de tus naranjas: puedes tomártelo o guardarlo, ya que no lo vamos a utilizar.

Desgaja las cáscaras así: corta cáscaras por la mitad, o sea en cuartos. Desprende el gajo con los dedos o con ayuda de una cucharilla o de un parisien.

Para que las cáscaras de naranjas pierdan su amargor, mételas en un envase, y cúbrelas de agua hasta el tope. Como las cascaritas de naranja flotan te recomiendo que les pongas algo pesado encima. Guárdalas en la nevera por 24 horas.

Al día siguiente desecha el agua y dale un ligero lavado a las cáscaras.

Corta cada gajito en tiras que pueden ser desde 4 a 7 milímetros. Para escaldar necesitas un caldero pesado con agua hasta la mitad.

Pon el agua a hervir y agrega tus cáscaras de naranjas en tiritas, dejando que se cocinen por unos cinco minutos. Sácalas y pasalas por agua templada con ayuda de un colador.

Repite el escaldado al menos seis o siete veces cuidando que al final siempre cortes el calor bajo el chorro del agua.

Cuando termines el último escaldado, deja secar las cáscaras en el colador o sobre un paño limpio y seco por una hora.

¿Cuánto de azúcar y cuánta agua? Pesa tus cáscaras de naranjas que ese valor es el que vas a usar de azúcar y de agua. Por ejemplo si las tiritas (ya escaldadas) pesan 750 gramos, serán 750 gramos de azúcar y 500 ml de agua.

Pon en el caldero pesado el agua y el azúcar a fuego alto. Cuando hiervan agrega las cáscaras de naranja y regula el fuego a la mitad; deben hervir pero con moderación.

Cocínalas por media hora o cuarenta minutos, retira el caldero del fuego y déjalo reposar hasta que se enfríen (4 horas aproximadamente).

Para lograr un almíbar espeso debes repetir la cocción de las cáscaras de naranjas en total cuatro veces, cuidando que el fuego esté medio bajo las dos últimas y si tienes que revolver un poco que sea con una paleta de madera.

Ya están listas las naranjas confitadas, ahora las tienes que guardar en frascos de vidrio. (Así los envase al vacío o no) los guardo en la nevera porque me encanta comerlas frías.

El almíbar es cuestión de gusto. Las naranjas confitadas se conservan mejor en su almíbar, pero también puedes escurrir las tiritas sobre una rejilla de un día para otro. También hay quienes le agregan azúcar granulada y quedan gorditas.

Recientemente las imprescindibles en mis meriendas son las naranjas confitadas cubiertas con chocolate bitter derretido, solo debes derretir el chocolate en baño de maría, sumergir cada tirita adentro de ese elixir y a comer.